Por: Ana López

La prueba de fuego para el compromiso con la Agenda 2030 será la implementación. Para superar esa prueba necesitamos la acción de todos en el mundo entero. –Ban Ki-moon, Exsecretario General de la ONU, en la Cumbre para la aprobación de la Agenda de Desarrollo Sostenible, septiembre de 2015.

Hace casi 5 años, las Naciones del mundo se encontraban reunidas estableciendo una nueva hoja de ruta para transformar el mundo a través de la sostenibilidad. Fue entonces cuando se anunciaron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), acompañados de 169 metas conexas y 232 indicadores de cumplimiento, reemplazando así los Objetivos del Milenio (ODM), para guiar la nueva y ambiciosa Agenda universal.

Posteriormente, en 2019 los líderes mundiales denominaron el período 2020-2030 como la Década de Acción, pues estimaron necesario agilizar los resultados a fin de alcanzar los ODS en la fecha prevista. Así, a partir de este año, se proyectaba que cada uno de los países redoblaran esfuerzos para estar cada vez más cerca de garantizar la Salud y Bienestar (ODS3), lograr Ciudades y Comunidades Sostenibles (ODS11), intensificar la Acción por el Clima (ODS13), y demás Objetivos. No obstante, evidentemente en ningún apartado de la Resolución aprobada por la Asamblea General en aquel entonces, se contempló la posibilidad del gran acontecimiento que el 2020 trajo consigo, y que se ha posicionado como el nuevo tema en tendencia a nivel mundial: el COVID-19.

Esta pandemia ha expuesto y agudizado ciertas problemáticas que el mundo ya enfrentaba, y que precisamente son la razón de ser de la Agenda 2030. De ahí que existen importantes indicadores e informes de Organismos Internacionales como la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL) o el Fondo Monetario Internacional (FMI), que demuestran las numerosas pérdidas humanas y económicas a raíz de la pandemia, por lo que irrevocablemente se deben replantear las formas para alcanzar la Agenda para el Desarrollo Sostenible, dado que el tiempo sigue avanzando y continúa siendo menester alcanzar cada uno de los ODS que se verán afectados de forma particular, tanto positiva como negativamente, pudiendo destacar:

Lo bueno: las medidas de confinamiento adoptadas en todos los países, denotan ciertas mejoras en cuanto a la Acción por el Clima, Vida Submarina y Ecosistemas Terrestres. (ODS 13,14 y 15).

Lo malo: de acuerdo con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), se esperan pérdidas millonarias, especialmente en los países en vías de desarrollo, lo cual incidirá directamente en la Educación de Calidad, los Derechos Humanos e incluso la Seguridad Alimentaria. Además, han aumentado los índices de Desempleo, Pobreza y Desigualdad Social. (ODS 1-11,16). 

La ganancia: el COVID-19 representa una oportunidad para el replanteamiento de los hábitos de consumo y producción (ODS12), a la vez que pone en relieve la importancia de la cooperación entre países (ODS17).

Es un hecho que, a lo largo de la historia, las crisis han propiciado grandes revoluciones tecnológicas, económicas y sociales en la humanidad, por lo que es preciso tomar en cuenta que la nueva normalidad que regirá a nivel individual, se traducirá asimismo en un nuevo Orden Mundial para todas las naciones, donde la integración regional, la cooperación multilateral tanto financiera como técnica, científica y tecnológica, expresada en la voluntad política de las partes, serán elementos claves no solo para superar la crisis, sino también para no desistir en la búsqueda del Desarrollo Sostenible en todo el mundo.

Lo cierto es que la Agenda 2030 es una herramienta para lograr nuevas sociedades y nuevas economías de la mano de la sostenibilidad, por lo que el mundo tiene un nuevo reto: conseguir que esta década siga siendo una Década de Acción; sin embargo, es necesario tomar en cuenta que no basta la acción a nivel mundial, sino que es imprescindible la acción a nivel local y por parte de los individuos. Hoy más que nunca, el compromiso de cada uno de los actores de la Sociedad Internacional se reflejará en cuanto y en tanto que la pandemia se perciba como una oportunidad que impulse más resultados en línea con la Agenda 2030, o bien, se deba postergar su cumplimiento hasta nuevo aviso. Hoy más que nunca, los desafíos globales requieren la colaboración de todos. Hoy más que nunca el mundo entero exige un Desarrollo Sostenible.

Especialista en Investigación y Análisis de tendencias globales en Asesoría Especializada (ASES). Realiza monitoreo de entornos políticos- regulatorios y stakeholders a nivel nacional e internacional para las estrategias de Asuntos Públicos.