La emergencia sanitaria, causada por la pandemia del Covid-19 ha llevado a múltiples gobiernos a decretar estados de emergencia y confinar de forma obligatoria a sus ciudadanos; este escenario ha generado que las organizaciones y empresas de América Latina se enfrenten a una serie de desafíos, en los cuales han tenido que redefinir sus procesos y canales de comunicación y entender a un consumidor cambiante, buscando alcanzar el objetivo de evolucionar sus modelos de negocio para sobrevivir a un futuro lleno de incertidumbre.
Los últimos meses han requerido agilidad, adaptabilidad y una alta dosis de perseverancia para las marcas. Un estudio de The Valley Digital revela que una de las tendencias que marcarán el quehacer de las empresas en los próximos años es el desarrollo de canales online para la relación con el cliente. Además, actualmente en América Latina, las compras online han alcanzado un crecimiento superior a 300%, de acuerdo con las cifras de un estudio de la consultora Kantar Media. Es por ello que, para sobrevivir y seguir en el mercado, es crucial adaptarse a los nuevos hábitos digitales de las personas, realizando una transformación digital de la empresa.
¿De qué se trata la transformación digital?
Según L’image Marketing, podemos definir la digitalización de las empresas como la adaptación de la metodología y la logística empresarial a las nuevas necesidades y tendencias de consumo online tanto en sitios web como en redes sociales.
En una realidad donde el cambio es la única constante, los modelos digitales constituyen una solución. Si bien muchas empresas han tenido iniciativas digitales que les dan visibilidad ante sus clientes potenciales, es crucial lograr una adaptación y mejora de las estrategias alineadas con los nuevos hábitos de consumo y compra de los usuarios. Estas acciones mejoran nuestra competitividad dentro del mercado y son las que garantizan a mediano y largo plazo la supervivencia y crecimiento de las empresas.
La falta de un plan previo de digitalización ha afectado de manera drástica a organizaciones y negocios tradicionales que se han visto incapaces de adaptarse con éxito a los requerimientos de la nueva situación, muchos de ellos con poca o nula presencia en internet, una apariencia poco moderna y sin ajustarse al contexto de la coyuntura actual.
Las organizaciones que ya se encontraban digitalizadas han experimentado un crecimiento importante y aquellas que no lo estaban han tenido que adaptarse rápidamente o se ven sentenciadas a tener que desaparecer.
Existe un camino lleno de portunidades en el futuro, la supervivencia de cada negocio dependerá de su capacidad para centrarse principalmente en las necesidades y nuevas costumbres de sus clientes, tratando de adelantarse a los posibles cambios. Lo que es seguro, es que hoy por hoy, una empresa con una estrategia de presencia digital es una más ágil, eficiente y competente.